SOMOS NATURALES, SOMOS SOSTENIBLES Y TENEMOS UN COMPROMISO
Desde siempre las personas hemos buscado la salud y la belleza de nuestra piel, unas veces con más fortuna que otras…
El lápiz de ojos con sales minerales que usaban Cleopatra y Nefertiti parece que les protegía de irritaciones e infecciones oculares, pero las iba envenenando poco a poco. Las sales de plomo con vinagre, que usaba Isabel I de Inglaterra, le dejarían la piel muy suave, pero de paso hacían que perdiese el pelo y los dientes…
Observad qué maravilla de ojos perfilados con kohl!!
Esa búsqueda de la belleza de la piel, es lo que nos hace remontarnos a más de 5000 años para ir a los inicios de su práctica. Sin embargo, no ha sido hasta los años 50 del siglo XX cuando su uso se generalizó. Se produjo una fabricación masiva gracias a la utilización de sustancias derivadas del petróleo como base de las fórmulas.
Desde entonces, los productos de síntesis química han sido ampliamente utilizados en la cosmética convencional, y algunos de ellos (ftalanos, bisfenol, parabenos, parafinas, siliconas, nanopartículas, polietilenglicoles, etc.) han sido relacionado con diversos peligros para la salud.
Y es que con 100.000 sustancias químicas sintéticas en el mercado mundial y 1.000 sustancias nuevas cada año, parece difícil controlar sus efectos sobre las personas y otros seres vivos hasta que el daño está hecho. Por eso, ante esta situación, los estudios científicos realizados aconsejan aplicar el principio de precaución y nos animan a buscar alternativas más seguras.
Y esa fue una de las bases sobre las que decidimos fundar nuestra empresa: la SEGURIDAD COSMÉTICA. Saber que lo que te pones en la piel, además de darle buen aspecto, va a cuidar tu salud, es fundamental. Y en base a esto hemos hecho nuestras formulaciones.